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AGOSTO DE 2025 Poco antes de fallecer, Cachirupi era nombrado como HIJO ILUSTRE en su comuna (Coronel) |
La Región del Biobío amanece de luto este martes 2 de diciembre de 2025. A sus 78 años, ha partido Juan Antonio Rojas, el inolvidable "Cachirupi" o "Toñito", el locutor que se convirtió en una leyenda de Radio Punto 7. Su legado, gestado desde su natal Coronel (1947), es el de un comunicador con un arraigo popular inigualable. Desde 2001, Rojas fue el capitán de las mañanas con su programa "Cachirupeando la Mañana", donde encarnaba un personaje de fantasía: el "alto, rubio, musculoso y de ojos intensamente azules". Esta ironía lo hizo un ícono y un referente de la radiodifusión penquista durante las últimas dos décadas (Hoy cuesta encontrar en la Región del Bio Bío a otro locutor que lo iguale en cuanto a popularidad).
Su partida genera un duelo regional, con homenajes espontáneos en Concepción que destacan su legado como uno de los pocos locutores radiales con arraigo popular duradero en la zona.
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USTEDES SON MUY JÓVENES. Pero en el año 1999 habían dos formas de escuchar Cassette. Tu comprabas uno original en disquerías. Pero si sólo tenías luca ($1000) te podías comprar uno pirata en "la vega" (feria libre), de primera te sacaban de apuros, aunque con el correr de los años la venta de un CD' pirata se convertía paulatinamente en estafa. Podías comprarte un disco pirateado de Amar Azúl en las afueras de la Vega Monumental (2006), pero llegando a casa...¡te vieron la cara! ese disco LITERALMENTE NO TENÍA NADA. Te estafaron. |
Antecedentes Previos
El éxito de Rojas se sembró a fines de los 90, con la explosión de la "Música Sound", un subgénero de la cumbia que grupos como el argentino Ternura popularizaron en las fiestas de los sectores populares. Aunque inicialmente fue considerado "marginal" por la televisión, el ritmo era imparable.
En 1999, la cumbia llegó a la TV regional con "Ritmomanía" (Canal 9, conducido por Daniel Valdebenito) y luego con "La Hora de Bailar" (TVU, conducido por el hoy periodista Sergio Osses), demostrando el éxito del género hasta 2001.
En paralelo, Radio Punto 7 (perteneciente a Bio Bío Comunicaciones), que había cambiado su estilo a fines de los 90 para enfocarse en la música tropical, se consolidó. Al ocupar el dial 90.9 FM (Que antes lo ocupaba Radio Gabriela), la emisora se convirtió en un gigante, siendo una de las más escuchadas y las únicas con programas de factura local. Este giro estratégico le dio el éxito esperado, manteniéndose a 24 años de esa decisión, como una de las radioemisoras más sintonizadas de Concepción.
En 2001, con el matinal libre (que antes era conducido por Daniel Valdebenito), Juan Antonio Rojas tomó la conducción, y la fantasía comenzó.
Cachirupeando la Mañana
El programa de Rojas, "Cachirupeando la Mañana" (Lunes a Sábado, 9:00 a 13:00 hrs.), era un espacio de fiesta y conexión total.
Rojas creó su alter ego, el irónico "John Anthony Red Morales....¡¡chileno!!", y se autodescribía jocosamente como el galán rubio. La audiencia lo apodó "Johnny Bravo" hacia 2003, rindiendo tributo a su imaginación.
Punto 7 fue pionera en la zona al ofrecer un número de teléfono gratuito para que el público pudiera llamar y hablar al aire con el locutor, algo que nunca se daba en radios de Santiago.
Las secciones eran un reflejo de la vida popular: "El Rincón de los Corazones Solitarios" (hasta las 10 AM, para solteros y viudos mayores de 40 años) ofrecía compañía y esperanza, sin las exigencias de las redes sociales. Luego venían concursos lúdicos, chistes y sus famosos personajes, como "El presidente del club de los mangoneados" (una sátira tierna sobre los esposos "mandoneados" por sus mujeres), donde Rojas lanzaba parodias, tocaba la guitarra y leía citas humorísticas.
Lo más trascendente era "El Minuto de Confianza" o "El Minuto de Desahogo" (cerca del mediodía), donde Rojas abría el micrófono para que la comunidad hiciera sus denuncias y descargos. Era la única radio de todo Concepción que permitía este espacio a la comunidad, un tremendo aporte a los medios tradicionales.
El mito del "rubio alto" se enfrentó a la realidad cuando Rojas comenzó a animar eventos masivos en la Provincia de Concepción. La gente se sorprendía al ver que el locutor chistoso era un hombre mayor, moreno, con bigote y de estatura más baja, aunque luego empezaría a subir de peso. Lejos de decepcionar, esto lo humanizó y con el tiempo, la autodefinición física perdió brillo. La gente lo aceptó y lo quiso por su talento, su cercanía y por ser un hombre del pueblo. Rojas se despedía con una frase que condensaba su humor pueblerino, parodiando eventos cotidianos o programados: "Voy con mi chanchita al viento ¡Chao!". El eco de su voz que hizo bailar a toda una región es imborrable.